viernes, 18 de diciembre de 2009

El tiempo pasa y yo… siento que no avanzo…


Navidad. Un año más. Un curso más. Amigos a los que echar más de menos. Un día más, una tarde más, y una noche más. Sonrisas de más. Dulces de más. Un propósito más por no cumplir. Un beso que otro año más echaré de menos. Alcohol de más. Siempre de más. Echarte de menos demasiado. Más villancicos. Más brindis. Más sonrisas. Más tristeza. Y más volver a echarte de menos. Más feliz navidad. Más ¿te has portado bien este año? Más, más, más... Más ganas de volver a empezar. Más fuerzas para olvidarte. Y entonces, volver a pensar más en ti...


Otro año MÁS... ¡Feliz Naviducca!

lunes, 16 de noviembre de 2009

De repente se tiene miedo y no se sabe por qué...


Te quiero; y no, nunca he dejado de hacerlo. Sigo lanzando besos al aire cada noche antes de ir a dormir con la esperanza de que así, tal vez tú, pienses un poco en mí. Y no puedo evitar analizar cada segundo el ángulo en el que te encuentras por si acaso tu mirada, en algún momento (al cual yo llamaría mágico- especial), se cruza con la mía. Que por las mañanas abro los ojos muy lentamente para que el hecho de que tu no estés a mi lado, me duela un poco menos. Que busco casualidades (que en el fondo están más que premeditadas) para encontrarme contigo. Y todo esto me está destrozando, me está destiñendo el corazón, ya no brilla. Porque siento que ya no puedo amar, no a alguien que no seas tu, durante más de 5 minutos seguidos. Que me duele el alma, la tripa y hasta los dedos de los pies. Que siempre sigo adelante pero con la esperanza de que tal vez mañana sea el día en el que me esperes en mi portal dispuesto a quererme de nuevo. Pero ese día no llega, ni tampoco llega el día en el que yo me de verdarera cuenta de ello. Y me duele porque no soy capaz de dejar de quererte. Porque prefiero sufrir queriendo(te), a dejar de hacerlo. Porque un día alguien me dijo que hay personas que necesitan vivir enamoradas y cuando dejan de hacerlo se mueren por dentro. A si que tal vez sea por eso por lo que necesito creer en el amor, aunque me duela. Porque el hecho de ser incapaz de querer me aterra.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Lo que ocurriría si yo fuera yo, y tú no fueras tu.



-Cristina.
(Ella se gira extrañada por que sabe que es su voz, pero que no puede ser él).

- ¿Qué?
(Dice sorprendida mientras se gira).

- Lo siento.

-¿El que?
(Ya no tiene dudas de que es él).

- Pues todo lo que ha pasado. Pero en especial el no haber sido capaz de haber hablado antes contigo.

(Eterno silencio y unas terribles ganas de llorar).

-Dime algo, por favor.

-¿Y que pretendes que te diga?; ¿que pretendes que haga?

- No lo se.

- ¿No lo sabes? Vienes aquí, me dices que lo sientes, y ¿ni si quiera sabes lo que quieres que haga yo? Algo habrás pensado, alguna reacción por mi parte. No se, algo. Tienes que haber pensado algo. No puede ser que después de tanto tiempo te decidas a venir y no esperes nada por mi parte. Deberías de haber ensayado esto cientos de veces. Yo lo he hecho y he imaginado miles de respuestas; y no puede ser que ahora tú vengas y ni si quiera esperes nada de mi.

- Lo siento, lo siento otra vez, y otra más, y te pido millones de veces perdón, por todas las veces que he metido la pata, y por todas las que lo la pueda llegar a meter.

- No me hables en futuro, por que tu y yo lo único que tenemos es pasado.

- Lo sé; y he venido por eso, por que he intentado convencerme a mi mismo de que te he olvidado; de que el pasado está más que muerto, pero al final siempre me doy cuenta de que el pasado es lo que quiero para el futuro, y el pasado eres tú.

- Yo me conformaría con el presente. (Y entonces ella le besa; le besa sin más, porque ya no quiero oír más, y simplemente se conforma con el presente, aunque sabe que ese será el error de su futuro, pero prefiere no pensarlo, y besarlo durante toda la noche).

lunes, 13 de julio de 2009

Cansada de sentirte tan lejos...

Estoy cansada, cansada de saber de ti por otras personas, de que tú no sepas de mí;
Cansada de tener ganas de oír tu voz, de que me sonrías y me preguntes que tal estoy;

Cansada de tener que poner cara de indiferencia cuando te encuentro por sorpresa, cuando lo que quiero es darte un abrazo y decirte que me alegro de verte, por que realmente me alegro muchísimo de verte;

Cansada de fingir indiferencia ante ti, por que no me eres indiferente, porque me encanta que estés cerca, y oírte hablar, reír, gritar, aunque no sea conmigo;

Por que odio fingir que no te he visto, por que claro que te he visto, y he sentido tranquilidad por saber que sigues aquí, que no te has ido, y que aunque sea muy a la larga siempre te encontraré en el mismo lugar;

Cansada de disimular que me alegra saber que estás bien…

jueves, 5 de marzo de 2009

Cosas que me encantaría contarte...


Me gustaría contarte todo lo que ha pasado en mi vida últimamente; creo que ha dado un giro de 180 grados, y estoy completamente segura de que ha sido para bien, pero aun así no puedo evitar echarte de menos.

Me encantaría poder hablarte de la carrera que finalmente elegí, de mis nuevas aficiones, de los grupos de música que he descubierto, de los nuevos amigos que he hecho, de que por fin me decidí a aprender italiano… en general, de cómo es mi vida por Madrid. Sé que jamás creíste que lo haría, sinceramente yo tampoco, pero cuando te marchaste una parte de mí se fue contigo, y entonces alguien llenó el vacio que dejaste: los sueños. Gracias a ellos, hoy estoy aquí.

En fin como te decía, me encantaría poder hablarte de R. Me fijé en ella desde el primer momento; creo que nunca he visto a nadie sonreír tanto, y eso me gusta. La primera vez que me vio llorar, simplemente me tomó la mano y me dijo: “ríe, que para llorar siempre estamos a tiempo”. Desde entonces lloro menos.

Por las mañanas salgo con E a pasear en bici, y mientras pedaleamos por el parque, me cuenta como le va la vida con su amor de verano, que ahora es de invierno, y que yo le digo que estoy convencida de que también será de primavera. También están M, V, L, A, N, S… solemos salir siempre juntos, y nuestro punto de encuentro es un pub al que llamamos “los quintos” (estoy convencida de que ese sitio te encantaría). Pasamos allí las tardes, bebiendo cerveza, y hablando de nuestras cosas. La verdad, es que ese momento del día es mi preferido.
N, dice que soy la mejor cocinera de cookies de mundo. Me cuida mucho y siempre me da las buenas noches. Además, está dispuesto a escucharme en cualquier momento, y nunca me deja llorar. Es el único al que le he hablado de ti. ¿Y sabes lo primero que me dijo? Que estaba convencido de que algún día cocinaría cookies para ti.

En fin, podría estar hablándote de mi vida, durante horas y horas… Supongo que tú también tendrás mucho que contar, y a mi me encantaría escucharte, pero eso ya lo sabes, al igual que yo sé que jamás lo haré. Nunca te gustaron los reencuentros, y solías decir que lo pasado, pasado está. Quizá esa sea la causa por la que no volviste a llamar, y por la que yo, deje de hacerlo.
Fue entonces cuando, como ya he dicho, los sueños llegaron a mi vida, y decidí aprovechar las oportunidades que cruzaban ante mí como estrellas fugaces, por que no podía pasarme la vida esperándote; aunque en cierta manera lo sigo haciendo…

miércoles, 11 de febrero de 2009

El hecho de estar dispuesta a hacer lo que sea por ti, me aterra…


Se que lloras por la noches, que sientes miedo, que te acuestas con fantasmas todos los días, que te sientes muy pequeño en esa cama enorme, que la vida te parece injusta, que tienes mil preguntas sin respuesta, que estás enfadado con el mundo, que quisieras gritar de rabia hasta quedarte sin voz, y llorar tanto como para no tener que hacerlo más, que muchos días no te levantarías de la cama…

Y a mi me encantaría darte todo el cariño que necesitas, dedicarte toda mi atención, demostrarte que no estás solo, que jamás lo has estado, y que mientras yo esté aquí no lo estarás… Porqué si tu me dejas, te voy a escuchar todo el tiempo que necesites, te voy a dejar gritar hasta quedarte sin voz, y te voy a comprender cuando me digas que la vida es injusta, pero te prometo que te voy a cuidar como a nadie, y que voy a luchar con 100 mil fantasmas si hace falta, para transformas tus pesadillas en sueños, porqué no permitiré que nada más te haga daño.

Y sé, que tal, vez tu corazón nunca deje de llorar, pero me encantaría ser quien te seque esas lagrimas.

martes, 20 de enero de 2009

"Tremendamente especial".


-¿Ves a ese es el chico de ahí enfrente?

-Sí

-Pues es el chico con el que voy a pasar el resto de mi vida. Él aún no lo sabe, pero cuando me conozca no querrá separarse de mí.
Saldremos a tomar cervezas los viernes por la noche, pasearemos de la mano todas las tardes, y los domingos se convertirán en nuestro día favorito de la semana, porqué nos hincharemos a palomitas, m&m’s, e intensas sesiones de cine del bueno. Haremos un viaje a Granada que no olvidaremos jamás, y me enseñará Barcelona; pintará mara mí, y yo escribiré sobre él. Me leerá poemas cada noche, y me dará mil besos de buenos días. Le susurraré al oído lo mucho que le quiero cada mañana. Iremos a cientos de conciertos, y disfrutaremos de la música, como nadie jamás lo hará. Le endulzaré las tardes amargas cocinándole crepes de chocolate. Me enseñará a tocar la guitarra, y a revelar fotografías: las suyas serán mis preferidas; saldremos juntos a patinar, y pasearemos a su perro montados en bicicleta…

- Te iba a decir que estás loca, pero creo que lo que pasa es que eres tremendamente especial. Y posiblemente te van a hacer muchísimo daño en esta vida, y te romperán el corazón miles de hombres; tantos que perderás la cuenta... Pero estoy convencida de que entonces aparecerá ese chico que dices; tal vez no él, pero será otro, de esos que te gustan a ti, de esos a los que les brilla la mirada, y no podrá dejarte escapar, porqué se enamorará perdidamente de ti, y te querrá como nunca han querido a nadie.