sábado, 27 de diciembre de 2008


Hoy siento que quiero cambiar de vida, que ya no quiero ser yo, que quiero ser ella, y ella, y esa otra, pero no yo.
Hoy me gustaría ser más graciosa, más alocada, más extrovertida, menos preocupada, sincera, pensativa…
Hoy me encantaría ser muchas cosas, y detesto ser muchas otras.

Tal vez necesite ese punto de apoyo, para empezar a confiar, pare tener fuerza, para volver a creer en algo, para pensar lo que vivo, y dejar de vivir sin pensar en lo importante.
Hoy necesito deshacerme de mí, para poder encontrarme, para dejar de reír y llorar por todo, y hacerlo por lo que realmente vale la pena.
He perdido la noción de lo interesante, y ya no se por lo que me intereso. Quiero ser muchas cosas a la vez, y ni siquiera se lo que realmente quiero…

CARTA A LOS REYES MAGOS


El año 2008 se puede resumir en fines de semana inolvidables, tardes de películas geniales, abrazos de los que hacen sentir, intensas conversaciones a altas horas de la madrugada, divertidas tardes de estudio, caras nuevas, despedidas prolongadas, cambios de aires, eternas esperas, sitios nuevos, risas hasta morirme del dolor de barriga, cenas de domingo, paseos sin rumbo…

Pero también ha sido un año de largas noches de espera, de mensajes y llamadas que no han llegado, de miradas que me esquivaban, de besos que no me has dado, de noches que no hemos compartido, de amores que no he encontrado, de “amoríos” que tú si has tenido, de te quieros que no he escuchado, de sonrisas que no me has dedicado…

Resumiendo; he decidido que este año no voy a pedir que me traigan nada, sino que se lleven una cosa: tu recuerdo.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Has perdido tu encanto...


Yo era la que pensaba que eras especial, la que soñaba contigo todas las noches, la que se acordaba de ti antes de ir a dormir, la que cuando te veía se le ponía la piel de gallina, la que si estaba cerca de ti no sabía donde mirar… esa que está llorando en este momento por ti; porque tú tampoco has sabido darte cuenta de eso; porque malgastaste una noche en darte cuatro besos tontos con ella, con la que no ha vuelto a pensar en ti, con la que jamás se preocupó de que sentías, con la que nunca pronuncio un ¿Cómo estás? sincero; con ella que ni si quiera sabia tu nombre.

Tenías que estropearlo, y perder todo el encanto.

Ahora ya no volveré a pensar en ti de la forma en que lo hacía, jamás volveré a desearte buenas noches, ya no podré idealizaré, por que ya no eras especial. Esta noche has dejado de ser el chico interesante de los rizos locos, y mirada perdida.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Notas en servilletas de papel...

Hace poco, una amiga me dijo que se había enamorado del chico del metro. Si, un chico con el que había coincidido varios días en ese (a mi parecer) triste medio de transporte. Me confesó que durante todo el trayecto le estuvo rondando la idea de escribirle su número de teléfono en un trocito de papel.
A continuación, me comentó que estaba harta de esperar al hombre de sus sueños, que llevaba años haciéndolo, y este aún no se había dignado a aparecer; que se había dado cuenta que las historias de amor bonitas no llegan como en las películas, que en el mundo real (o por lo menos en el suyo) había que salir a buscarlas, y que ella a partir de ahora iba a hacerlo.

Ya no quería conformarse con amores de barra de bar, por que quería mucho más, quería amores de servilletas de papel, de esos que no tiene nadie, porque nadie arriesga.
Quería vivir una historia de esas que no importa lo ridícula que sea la situación, o loco que puedas parecer; una de esas en las que el amor surge a primera vista, y el chico, o en este caso la chica, lo arriesga todo por esa persona que le ha dejado sin palabras.
El problema es que todo el mundo espera tener una historia de amor de película, pero en realidad nadie se atreve a mandar notas en servilletas de papel…