martes, 18 de mayo de 2010

A*


La última vez que decidió marcharse, dejé de impedírselo; estaba cansada de que me rompiera el corazón, de que me apagara la sonrisa y me la devolviera por breves instantes de tiempo…
Estaba segura de que en algún momento volvería a mí. A pesar de todo era mi mejor amigo y ambos sabíamos que no podía vivir sin mí... Asique pensé que quizás un período alejados nos vendría bien.
Yo esperé durante mucho tiempo convencida de que volvería, pero no lo hizo. Asique cogí mi corazón y lo volví a pintar de rojo; y me prometí a mi misma que sería fuerte, y que jamás volvería a saber de él, porqué si se lo ocurría aparecer de nuevo yo no estaría dispuesta a perdonarlo, o por lo menos se llevaría el tortazo más grande el mundo, por haber tardado tanto.

Pues ayer apareció...

Y sin saber cómo, ni por qué, ahí estaba yo. No lo dude ni un minuto.

(Por supuesto, no hubo ningún tortazo… Simplemente me dediqué a abrazarlo).

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